Главная / Категории / Наука, Образование / Языкознание

Once veladas en un club de jazz para dejar de hablar del coronavirus. Jos? Luis Salinas Rodr?guez

Купить Once veladas en un club de jazz para dejar de hablar del coronavirus
450.25 руб.
Отложить

A trav?s de once relatos se visualiza la necesidad de evadirse de un presente que asedia nuestra normalidad. El tipo de refugio, o sea, los argumentos para escapar a la nueva cotidianidad que nos acongoja, son secundarios. En este texto, nos refugiamos en un local nocturno para protegernos con sus m?sicas y con su ambiente. El club es de jazz, pero podr?a pertenecer a otro ?mbito. La ficci?n, en todo caso, no puede desterrar de nuestra mente determinados posicionamientos ante lo que se nos ha venido encima. Probablemente, los acontecimientos que sufrimos obligan a tener una opini?n concreta. La propuesta que aqu? se hace es compartir, con independencia de los relatos, algunas reflexiones sobre la pandemia que padecemos, que podr?n encontrar consenso o desacuerdo. Pero lo importante de exponerlas es sugerir la necesidad de construir un relato propio que nos haga menos manejables frente a la oleada de prop?sitos y desprop?sitos que nos acosa. <br/> – <br/> POEMA DEL DESASOSIEGO ANTE LA PANDEMIA <br/> Fuimos puro desconcierto, sombras tr?mulas / agitadas por el viento de los primeros d?as de pandemia. / Superado el estupor, nos hemos llevado la mano al rostro / para tapar la mueca de asombro, de horror / con que aquella tragedia incipiente nos her?a. / Pronto, la contundencia de los golpes, / de las cifras medidas con n?meros fatales, / anestesi? nuestro dolor (?mil, diez mil, cien mil v?ctimas?) / Sin saber muy bien hacia d?nde dirigirnos, / hemos tratado de que la tormenta no nos salpicara. / En nuestro confinamiento nos han informado y nos han desinformado, / y hemos aprendido que a?n quedaba demasiado que saber, / y que para muchos las respuestas no iban a llegar a tiempo. / No pocos habr?n constatado, desde su forzosa reclusi?n, / el alto grado de estupidez que atesora la humanidad. / Habr?n descubierto que mientras est?bamos atentos / a las rencillas cotidianas, afincados en la seguridad de la rutina, / en las probetas de la naturaleza se agitaban / nuevas posibilidades de vida, y un asesino, / reducido a la simplicidad de un virus, / se infiltraba en nuestro humano convivir: / un intruso expandido a todo el planeta / por los hu?spedes que infecta, dotado con la agresividad / adecuada para lograrlo sin una matanza global / que supondr?a su propia extinci?n. / Un dise?o altamente eficaz / que antes se hubiera atribuido a los dioses, / y que ahora creemos saber que es meramente casual. / Se superar? la crisis sanitaria y se ordenar? / el caos econ?mico, ?pero y despu?s? / A largo plazo, es probable que la lecci?n recibida / termine por olvidarse en los libros de historia. / La humanidad se calca a s? misma en determinadas actitudes. / As? somos y de otro modo tal vez no ser?amos humanos. / Por ahora, mientras se combate a un enemigo / naturalmente dotado para subsistir, / nos asomamos a los balcones para confirmar / que aqu? seguimos, un d?a m?s, aguardando / el momento de dejar de contener la respiraci?n. / Mientras tanto, la primavera ha venido, / como ha llegado un chubasco, y despu?s / un sol que calienta m?s las ma?anas, / y ha salido a la calle un p?jaro / con un pico amarillo cosido a un plumaje negro / que vuela trinando en libertad, ajeno a nuestro encierro, / indiferente a nuestras incertidumbres. / Ahora que nos hemos ido acostumbrando / a lo que nunca terminaremos de acostumbrarnos, / proclamamos con esperanza que la vida sigue y seguir?.

Рады Вам также предложить