?Espa?oles, a Marruecos!. Julio Albi de la Cuesta
- Тип: Текст
- Автор:
- Издательство: Bookwire(2020)
- Серия: Historia de Espa?a
- ISBN: 9788412207927
- Язык: Испанский
- Жанры: Документальная литература
- Описание
- Фрагмент
Cargas de coraceros con refulgentes cascos met?licos; agrestes cabile?os, de chilabas rayadas; lanceros con multicolores banderolas; la legendaria Guardia Negra, azul y roja; audaces cornetas, casi ni?os; bellas hebreas; presidiarios encadenados, como salidos de Los miserables; h?sares, blancos y celestes; a?rea caballer?a marroqu?, envuelta en jaiques fantasmales; misteriosas ciudades santas; arias de Bellini cantadas a la luz de las hogueras por oficiales sentimentales; zocos abigarrados; curtidas cantineras vestidas a la amazona, rev?lver en cinto; Prim tonante, en los Castillejos; caravanas ondulantes de camellos; ataques a la bayoneta con banderas desplegadas, al comp?s de m?sicas y charangas… Por estos y otros aspectos l a Guerra de Marruecos de 1859-1860 ha pasado a la historia con el nombre de «Guerra Rom?ntica», car?cter que comparte la misma denominaci?n oficial, Guerra de ?frica, que desorbita el ?mbito de las operaciones que se llevaron a cabo, para darles una dimensi?n continental. Junto a todo eso existe, sin embargo, otro rostro no tan evocador, el de una campa?a improvisada, lanzada en la peor ?poca del a?o y con medios navales insuficientes; soldados ateridos, mal cobijados en tiendas dise?adas para resguardar del sol, no para proteger de las constantes lluvias, y batallas in?tiles y costosas. Y siempre, la sombra del c?lera insidioso, matando a diestro y siniestro, m?s feroz que las balas, que envi? a miles de hombres a la tumba, o a hospitales donde con frecuencia agonizaban olvidados en el suelo, sobre un mont?n de paja podrida. En ?Espa?oles, a Marruecos! La Guerra de ?frica 1859-1860, Julio Albi de la Cuesta retrata con maestr?a esta dicotom?a, porque si la guerra fue indiscutiblemente popular, miles de espa?oles pagaron para no ir a ella; si concit? consensos de todos los partidos, la unanimidad dur? poco; si obtuvo ciertas ventajas, gener? decepciones; y si se derroch? bravura, sobraron imprudencias censurables.